lunes, 15 de junio de 2009

Proyecto Venona

El Signal Intelligence Service (SIS) o Servicio de Inteligencia del Cuerpo de Señales del Ejército de Estados Unidos, precursor de la National Security Agency (NSA) o Agencia Nacional de Seguridad, comenzó un programa en febrero de 1943, que más tarde recibió el nombre en código VENONA. Fue iniciativa del Coronel Carter Clarke, jefe de la Rama Especial del Ejército dependiente de la División de Inteligencia Militar del Departamento de Guerra. El Coronel Clarke desconfiaba de Josef Stalin y en 1943 miembros de su equipo escucharon rumores vagos sobre un posible intento de la URSS de hacer una paz por separado con Alemania.

Estableciendo un equipo especial para monitorear las comunicaciones soviéticas, Clarke comenzó la recolección de transcripciones de correo diplomático relacionado con el tema, con el propósito de graficar el plan soviético. El proceso fue complicado por el hecho de que los soviéticos habían cambiado sus claves, por un proceso de doble paso que parecía inquebrantable.

Recién en 1946 pudieron sacar en limpio el primer texto, pero la guerra ya había terminado y lo que quedaba claro es que la URSS no había tenido conversaciones con oficiales alemanes para tratar una paz por separado. Pero lo que lograron descubrir era que la KGB había infiltrado, mediante sus agentes secretos en Estados Unidos, los círculos gubernamentales y científicos, muy relacionados con tecnología de aviación, cohetes y energía atómica.

Los archivos VENONA son famosos porque sacaron a la luz las actividades de Julius (Liberal) y Ethel Rosemberg demostrando las relaciones de esta pareja en los círculos de espionaje soviético dentro del gobierno de Estados Unidos. Las actividades de VENONA se realizaron hasta 1980, cuando quedó finalmente desactivado. Pero mientras estuvo operativo VENONA descubrió la participación de altos oficiales del gobierno de EEUU, que mantuvieron relaciones clandestinas con agentes de espionaje soviéticos y pasaron información sensible, perjudicial para los intereses y la seguridad de Estados Unidos. Se llegaron a contar a más de 200 altos oficiales involucrados. Otros 349 ciudadanos, inmigrantes y residentes tuvieron también una participación encubierta con agencias de espionaje soviético.

Entre los altos oficiales involucrados en esas actividades ilícitas se encontraba Harry White, del Departamento del Tesoro, que era un hombre influyente que formó parte de la delegación fundadora de las Naciones Unidas y que le pasó información a la KGB sobre cómo desbaratar las estrategias diplomáticas de EEUU.

Otro alto oficial involucrado en actividades ilícitas fue Lauchlin Currie, asistente personal del Presidente Roosevelt que le informó a la KGB que la OSS había comenzado a investigar al agente estadounidense, al servicio de la KGB, Gregory Silvermaster. Silvermaster pudo así evadir la detección y continuar espiando en favor de los soviéticos.

Maurice Halpering, del Servicio de Investigación de la OSS, fue otro de los agentes estadounidenses al servicio de la KGB descubierto pasando cientos de documentos diplomáticos estadounidenses. William Perl fue un brillante científico aeronáutico que le pasó a la URSS pruebas secretas y diseños experimentales de motores y aviones jet. Los documentos le dieron a la URSS la posibilidad de fabricar el Mig 15, que resultó imposible de derribar por los aviones de caza a hélice al comenzar la Guerra de Corea, pero que fue también superior a los primeros cazas jet Shooting Star F-80. Sólo la fabricación posterior del Sabre F-86 pudo volcar la ventaja a la USAF..

Del Proyecto Manhattan fueron detectados los científicos Klaus Fuchs, Theodore Hall y el técnico David Greenglass (cuñado de Julius Rossemberg) que vendieron fórmulas secretas para sacar uranio apropiado para fabricar bombas atómicas a partir de uranio convencional., además de vender los planos para desarrollar artefactos con la técnica implosiva usando plutonio, una sustancia más fácil de conseguir que el uranio. El espionaje logró que la URSS rapidamente se pusiera a la par de la tecnología atómica de EEUU que pronto dejó de tener el monopolio de la bomba atómica. Debido a esa ventaja, la Unión Soviética explotó su primera bomba en 1949 y en 1950 impulsó a Corea del Norte a invadir a Corea del Sur.

En julio de 1985, salieron a la luz pública los primeros 6 documentos de VENONA incluyendo 49 mensajes que demostraban los esfuerzos de la URSS de develar los secretos de las investigaciones sobre energía atómica y la bomba atómica en EEUU y en especial sobre el Proyecto Manhattan. Las siguientes entregas de material revelaron unos 3000 documentos sobre el espionaje soviético dentro del propio gobierno de Estados Unidos.