Ante la posibilidad de que España se viera obligada a participar en la Segunda Guerra Mundial, el Mando Económico tuvo amplias competencias y una cierta autonomía para decidir sobre la economía de las islas, que, no obstante, quedó limitada en sus relaciones con el exterior debido a las restricciones impuestas.
La situación estratégica de las islas Canarias las convirtió en un objetivo para las potencias beligerantes de uno y otro bando que pretendían lograr así el control del norte de África y el Atlántico.
Así, los alemanes diseñaron la "operación Félix" por la cual pensaban convertir Canarias en base para sus submarinos y aviones, y así vigilar a los aliados cuando atravesaran el Atlántico.
Como contrapartida, los británicos proyectaron la "operación Pilgrim" para controlar la zona como vía de paso para posibles operaciones en el norte de África.
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Hace 16 años