Kennedy visitó Berlín occidental y el 26 de junio de 1963 pronunció un discurso público criticando el comunismo con motivo del decimoquinto aniversario del bloqueo de Berlín impuesto por la URSS. En el discurso, pronunciado desde el balcón del edificio 'Rathaus Schöneberg', señaló la construcción del Muro de Berlín como un ejemplo del fracaso comunista:
"La libertad tiene muchas dificultades y la democracia no es perfecta, pero nosotros nunca hemos tenido que poner un muro para mantener a nuestras personas dentro."
La frase Ich bin ein Berliner (Soy un berlinés), en virtud de la cual el discurso pasó a la historia, se le ocurrió a Kennedy cuando iba subiendo al balcón del Rathaus Schöneberg. La idea se basó en la antigua frase civis romanus sum (Soy ciudadano de Roma) utilizada por los romanos. Se acercó a su interprete, Robert H. Lochner, para que le tradujera la frase "I am a Berliner" y para que lo ayudara con su pronunciación, escribiendo rápidamente en una hoja la frase y su pronunciación. Casi el 83% de la población berlinesa se encontraba en las calles cuando Kennedy dijo esta frase. Después, impresionado, confesaría a sus asistentes: "Nunca tendremos otro día como este."
Hace dos mil años era un orgullo decir civis romanus sum (Soy un ciudadano romano). Hoy, en el mundo de la libertad, uno puede estar orgulloso de decir Ich bin ein Berliner (Soy un berlinés) [...] Todos los hombres son libres, donde quiera que vivan, son ciudadanos de Berlín, y, por ello, como un hombre libre, estoy orgulloso de decir 'Ich bin ein Berliner!'
"Discurso de John F. Kennedy en Berlín Occidental, 26 de junio de 1963."